Imagínese un guardián en la puerta de su empresa capas de detener intrusos invisibles, potencialmente dañinos, destructores, que viajan a la velocidad de la luz y tratan insistentemente de ingresar una y otra vez, su objetivo es golpear los delicados componentes de los circuitos impresos del equipo electrónico; la autopista de ingreso es la red de servicios que alimenta de energía los equipos.